La Inteligencia Artificial va ocupando paso a paso nuestros debates, nuestros ratos de ocio, nuestras inquietudes y por ello, se hace imprescindible que ocupe también, ratos de formación.
Es un mundo que ofrece grandes retos, grandes lagunas y sobre todo, un gran volumen de datos que hay que analizar y entender para un proceso de enseñanza aprendizaje actualizado e individualizado.
Un código de conducta basado en la ética ayudará a encauzar este camino, pero, tenemos que ser conscientes de que "esa moral" la pone la persona que controla/enseña a la máquina y de ahí la importancia y la exigencia de la formación.
La incertidumbre nos acompaña pero es nuestro deber prepararnos para que el miedo a la novedad no sea una barrera, sino un reto.
Malfaro
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