La tecnología avanza y evoluciona a una velocidad increíble, lo que supone estar continuamente en formación para evitar nuestra obsolescencia. En el hogar hay que promover el respeto y la ética en el camino de la formación digital y permitir así, el crecimiento integral de los más jóvenes.
En la actualidad nos quejamos de lo difícil que es ser padres, pero igualmente, es muy complicado ser hijos.
Continuamente explicamos, enseñamos y ayudamos para que su integridad no se fisure, pero tenemos que tener claro que no somos sus únicos referentes, ni sus únicas fuentes de información. De ahí surge la necesidad de que nuestros roles nos permitan acompañarles y ayudarles, y juntos podamos acordar en familia, los ítems de un decálogo de buenas prácticas.
Pensemos: el "problema no está en el final, sino en el propio origen" (Finis origine pendet)
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